El «Centinela de Piedra» eleva hacia el cielo, por el Sur, (una inmensa muralla de casi 3.000 metros de altura y 7 kilómetros de ancho).El legendario alpinista francés Lionel Terray visitó la gran pared durante el verano austral 52/53, después de escalar el antaño mítico Fitz Roy. Consideró entonces que el impresionante muro de hielo y roca constituía un colosal problema alpinistico. Y no se equivoco…
El aspecto de la pared Sur en conjunto es de dificultad, peligrosidad y, en ese momento, casi de inexpugnabilidad. Pero esta muy claro que los alpinistas de todos los tiempos detestan la palabra imposible. Durante el verano austral 53/54, una fuerte expedición francesa dirigida por Rene Ferlet, llegó al fondo de la quebrada «Horcones inferior», al margen del glaciar del mismo nombre. Allí instalaron su confortable campamento base, en lo que hoy se conoce con el nombre de «Plaza Francia» (4.100 m), dispuestos a asediar la pared de la gran montaña.
Después de aclimatarse y estudiar detenidamente la vertiente, eligieron como vía el gran espolón que limita por la derecha el gigantesco canal central de avalanchas de la pared. Este espolón esta relativamente protegido de cualquier desprendimiento de hielo o rocas. Hacia el final del segundo tercio se interrumpe para dar lugar a un gran balcón de hielo denominado «Glaciar superior». Este es un glaciar colgante que vierte sus cascadas de hielo hacia un vacío de casi 2.000 metros y constituye uno de los principales peligros de la escalada de la faz sur.
Emplearon mas de un mes de aclimatación y preparativos, durante los cuales equiparon con cuerdas fijas los primeros tramos de dificultad del espolón. Hacia fines de febrero, 6 escaladores se lanzaron hacia la cima. El grupo estaba integrado por G.Poulet, R. Paragot, P. Lesseur, L. Berardini, A. Dagory, E. Denis a la sazón los mejores alpinistas franceses, que equivalía a decir del mundo.
Durante siete días se debatieron entre las rocas inestables y el hielo, duramente afectados por el frío, lograron por fin alcanzar la cima. Se habló entonces de «brabuconada heroica». Indudablemente los franceses crearon una de las vías mas duras del mundo, siendo en su momento, la pared mas difícil, de mayor desnivel y de mas altura sobre el nivel del mar, que el alpinismo de vanguardia lograba escalar.